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IATA y las libertades comerciales de las compañías aéreas
Recientemente en la ciudad de Estambul, en Turquía se realizó con éxito la reunión de la Agenda por la Liberalización, a la que asistieron un total de 14 naciones más los que conforman la Comunidad Europea, con el fin de alcanzar una mayor liberalización en el acceso a los mercados, la propiedad y el control de las normas que rigen la aviación civil internacional.

El objetivo de este encuentro fue encontrar formas de ampliar las libertades comerciales de las compañías aéreas, es decir, el acceso a los mercados y al capital global. La reunión no tuvo como fin firmar acuerdos o declaraciones. “Los presentes pidieron la IATA facilitar el desarrollo de una declaración política multilateral que será un poderoso instrumento que expresa las ideas comunes y el enfoque del grupo de Estados. Además, el grupo acordó difundir las mejores prácticas en materia de liberalización”, aseguró Patricio Sepúlveda, vicepresidente regional para América Latina y el Caribe de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés).

A nivel regional, la libre competencia y la desregulación de los mercados en Latinoamérica benefician directamente a los pasajeros que, gracias a ello, han accedido a un transporte aéreo eficiente con estándares de calidad mundial y tarifas más competitivas y convenientes.

La libre competencia genera compañías más eficientes en su gestión y en el producto que entregan a sus clientes y ha permitido que existan cada vez más alternativas al servicio de los pasajeros y clientes de carga en Latinoamérica.

En la medida que las compañías se vuelven más productivas y eficientes, pueden traspasarlo a sus pasajeros, otorgándoles tarifas más competitivas, lo que se traduce en cada vez más posibilidades de viaje para las personas.

Latinoamérica ha visto la implementación de las mejores prácticas de la industria aérea, lo que ha significado un importante crecimiento de los mercados. Aerolíneas más eficientes también debieran significar mejoras importantes en la conectividad dentro de la Región y dentro de cada país, así como desde Latinoamérica hacia el mundo. De esta forma, los pasajeros disponen de más alternativas para elegir, un producto de calidad mundial y a precios competitivos.

Gracias a la libre competencia, Latinoamérica dispone de compañías que ofrecen un producto a la altura de las mejores compañías del mundo. Aeronaves de última generación, más y mejores itinerarios y tarifas competitivas son la mayor prueba de un modelo que prioriza los intereses de todos sus pasajeros. Ejemplos como los de TAM, TACA, LAN y COPA, demuestran que es posible desarrollar esquemas competitivos y que contribuyan al desarrollo económico de sus países. Las condiciones de competitividad en la Región permiten que nuevos competidores alcancen importantes participaciones de mercado en muy corto plazo.

La existencia de múltiples tarifas en un mercado no es un indicador de falta de competencia, todo lo contrario. Es así como en mercados servidos por múltiples compañías y reconocidos como fuertemente competitivos, como son París-Londres y Miami-Nueva York las aerolíneas que operan ofrecen más de 30 tarifas y todas con distintas regulaciones. Del mismo modo, en mercados como Sao Paulo-Miami, las compañías aéreas publican un número considerable de tarifas. En consecuencia, cuando las compañías aéreas ofrecen múltiples tarifas a los pasajeros sólo buscan aumentar las posibilidades de viaje tal como ocurre en la industria aérea de los países desarrollados. En definitiva, esto se traduce en más y mejores alternativas para los usuarios ( pasajeros).

Por esta razón, ofrecer distintos tipos de productos tarifarios es sinónimo de eficiencia y ha ampliado el acceso de cada vez más personas al transporte aéreo. En los países que han liberalizado sus mercados, el transporte aéreo se ha desarrollado a nivel local y regional permitiendo un importante crecimiento del tráfico doméstico y también en Latinoamérica.

“IATA siempre ha planteado que –en un mundo globalizado- sólo a través de la desregulación de los mercados, los cielos abiertos y la libre competencia; la industria del transporte aéreo de la Región podrá consolidarse y generar empleo, desarrollo y crecimiento para sus naciones y Latinoamérica. Sin duda, un mercado abierto es la única garantía de igualdad de oportunidades para todos los actores y los clientes son directamente beneficiados”, agregó Sepúlveda.

Lo que se requiere para que el sector aéreo crezca y se desarrolle es mayor apertura de los mercados, es decir, más derechos de tráfico, flexibilización en las restricciones a la propiedad y administración, normas comunes entre los distintos países, coordinación entre las autoridades involucradas en el sector aéreo y una correcta asignación de la inversión en infraestructura.

“El transporte aéreo es tan importante como motor del desarrollo que, en mercados donde hay competencia, la tasa de crecimiento puede ser más del doble en el mediano o largo plazo que en aquellos mercados que son cerrados. Esto puede significar millones de pasajeros más en un año para un país Latinoamericano, como por ejemplo, Ecuador, Perú o Brasil y, en definitiva, miles de empleos adicionales y un efecto multiplicador del desarrollo económico”, concluyó Sepúlveda.

 

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