El sector turístico de los Estados Unidos perdió más de 26 mil millones de dólares en un año a causa de clientes insatisfechos con los servicios de las aerolíneas que prefieren elegir destinos en donde el vuelo en avión no sea necesario.
"La crisis ha alcanzado su clímax: más de 100 mil viajeros diarios votan con su bolsillo en contra de los vuelos aéreos", opina Roger Dow, presidente de la Asociación estadounidense de la industria turística. Esta cifra, según directivo, debería ser una señal de alarma para los políticos e indicarles que ha llegado el momento de reformar el sistema del transporte aéreo a nivel local.
Cuarenta y un millónes de viajes aéreos sin realizar cada año se traducen en una pérdida de 9.000 millones de dólares para las aerolíneas, casi 6.000 mil millones de dólares para el sector de hostelería, más de 3.000 millones de dólares para restauración y más de 4.000 millones de dólares para el fisco.
Una encuesta realizada a principios de mayo por Peter D. Hart Research Associates y The Winston Group demuestra que a la gente le molestan la cancelación o el retraso de los vuelos, así como los procedimientos del control en las terminales aéreas. Muchos suponen que su tiempo no se respeta, así que se niegan a viajar en avión. Un tercio de los entrevistados manifiesta su descontento con la experiencia del viaje aéreo en general, al margen de las aerolíneas determinadas.
La Asociación de la industria turística califica estos resultados como desalentadores y quiere organizar el próximo 17 de junio una reunión extraordinaria de los responsables del sector.
WASHINGTON (CÓDIGO AÉREO)
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